La cría de rinoceronte que ahora cumple tres semanas avanza el proceso de aclimatación y ya se le puede ver corretear en el espacio que recrea la sabana del parque de conservación de animales. Este nacimiento aporta esperanza al proyecto internacional del que forma parte el grupo de cría controlada científicamente de Valencia que trata de evitar la extinción de esta impresionante especie y constituye un hito en la historia de BIOPARC. Para compartir este importante acontecimiento, se ha lanzado una votación popular a través de la web para escoger cómo se llamará entre tres opciones de arraigo africano, Kairu, Meru y Dikembe.

La primera cría de rinoceronte blanco nacida en BIOPARC comienza a explorar la sabana.
Con tan solo unos días de vida, el “bebé rinoceronte” ya apuntaba maneras. Su vivacidad era evidente y aportaba confianza al personal especializado de BIOPARC. Durante las primeras tres semanas ha ido creciendo satisfactoriamente, desarrollando sus instintos y reconociendo las distintas áreas que componen la amplia instalación interior donde dispone de refugio y temperatura controlada, además de una zona exterior acondicionada y espaciosa diseñada para mantener la necesaria actividad y donde corretea y desenvuelve toda su energía.

El equipo técnico de BIOPARC sigue de cerca esta positiva evolución, confirmando que continúa alimentándose correctamente y que su madre, Kwanza, se ha recuperado favorablemente del parto. En este momento el proceso inicia una delicada fase, pues debe ir reconociendo las zonas que recrean la sabana y que se encuentran a la vista de las personas que visitan el parque. Para ello se ha implementado un protocolo para controlar los “riesgos” que debe ir afrontando el pequeño.
Como transición, el hábitat de las gacelas Mhorr, con unas dimensiones más limitadas y lindante con el de los rinocerontes, se ha amoldado con medidas preventivas como descender el nivel de agua de la ría o introducir más arena. Como se preveía por su actitud, en las primeras salidas se ha mostrado muy aventurero, descubriendo todas las novedades con curiosidad, mientras que la hembra reconocía el terreno de forma más prudente. En cada paso, la adaptación debe ser progresiva y, valorando cada situación con cautela, el plan es que permanezcan por las mañanas hasta aproximadamente mediodía, atendiendo también los cambios meteorológicos y descenso de temperaturas.
Por otra parte, según la tradición de los parques de animales, quien encuentra al recién nacido tiene la potestad de escoger su nombre. En casos tan relevantes como esta primera cría de rinoceronte blanco (Ceratotherium simum), se quiere compartir esta decisión invitando a la ciudadanía a participar para elegir cómo se llamará. En este sentido, el personal encargado de su cuidado ha seleccionado tres propuestas con un profundo vínculo con África. Así, desde hoy mismo, se puede votar en la web de BIOPARC entre: Kairu, que en kikuyu (lengua de Kenia) significa “el que es negro”, en alusión al color oscuro de su piel tras el parto; Meru, inspirado en el imponente monte de Tanzania, así como en la ciudad y el condado homónimos de Kenia; y Dikembe, de origen lingala (parte central del continente), asociado a la fuerza y resistencia.
Participa en la elección del nombre de la primera cría de rinoceronte.
Con este mismo método, entre miles de personas comprometidas con el amor y respeto por los animales y la naturaleza se han nombrado numerosos animales, los más recientes, las crías de elefante Makena y Malik, o las de chimpancé Cala o Ekon.
Este nacimiento supone esperanza para el programa internacional de conservación de los rinocerontes blancos.
Las imágenes de este precioso macho y la paciente “mamá” han dado la vuelta al mundo: sus grandes pezuñas, su encantadora torpeza y sus carrerillas han llegado al corazón de muchísimas personas. Un primer motivo para despertar el amor e impulsar un cambio de actitud hacia la protección de la biodiversidad.

Es fundamental insistir en que este nacimiento supone un hilo de esperanza para el programa internacional de preservación de esta amenazada especie (EEP) en el que participa BIOPARC Valencia albergando un grupo de cría controlada científicamente y que tiene como objetivo garantizar la supervivencia de esta amenazada especie incluida en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).