Bovidae, Subfamilia: Bovinae
Artiodactyla
Mammalia
285 días.
1
EEP
Ramoneador estricto, el bongo se alimenta principalmente de hojas y brotes de arbustos y de plantas trepadoras, aunque también busca la madera, corteza y frutas podridas.
18 años en cautividad.
El diseño rayado del bongo oriental se integra y camufla en la espesura de los bosques ecuatoriales en que habita. Se muestran activos tanto por el día como por la noche, descansando a intervalos. Durante las horas de luz permanecen al abrigo de la vegetación del bosque mientras que por la noche se aventuran a ir a espacios abiertos en busca de alimento.
Se desplazan por el bosque echando la cabeza hacia atrás y tocando con la punta de los cuernos su espalda, por lo que suelen tener parches sin pelo en esa zona. Ramonean entre hojas, ramas y frutos de los árboles aunque también pastan e ingieren sales minerales en claros del bosque. Utiliza los cuernos para excavar raíces y romper ramas altas. Las zonas óptimas para su alimentación son los claros del bosque, donde la luz del sol llega hasta el suelo y permite el crecimiento de vegetación a baja altura. Se les ha visto comer madera quemada, lo que supone otro aporte de minerales.
Viven en pareja o forman grupos familiares de varias hembras relacionadas y sus crías, de hasta 35 individuos. Los machos adultos son solitarios, uniéndose a los grupos de hembras solamente en época de apareamiento.
Principalmente nocturno, aunque parcialmente diurno. Al ser animales tímidos y huidizos, la especie no fue descubierta hasta principios del siglo pasado.
Su oído es excelente. Aunque suele mantenerse en silencio, emite un sonido parecido a un balido y su voz de alarma es alta y resonante.
Desde el año 2000 está incluido en un programa de recuperación y reintroducción que ha hecho aumentar sus poblaciones. Nuestros bongos forman parte de su Programa Europeo de Reproducción (EEP).