Las dos jirafas que nacieron la primavera del pasado año toman sus últimos biberones gigantes. Ambas han sido alimentadas “a mano” con total normalidad por sus cuidadores durante estos 10 meses, lo que ha supuesto un éxito para el equipo técnico del parque.
Jueves, 19 de febrero de 2014. Han pasado ya casi 10 meses desde que la joven jirafa Bulería pariese a su primera cría, Triana. En aquel momento y ante el rechazo de la madre para amamantarla, el equipo técnico de Bioparc puso en marcha el dispositivo para alimentarla con biberones. Al poco tiempo, apenas un mes después, nació otra jirafa pura de la subespecie Baringo, que requirió también ser criada del mismo modo. No era la primera vez que esto sucedía en BIOPARC así que, aunque siempre supone un reto llevar adelante animales con esta alimentación, ya se contaba con experiencia y un equipo cualificado.
Ambas crías nacieron con unos 50 kilos de peso cada una y desde los primeros días se les daban 5 biberones “gigantes” al día. Esto es debido a que hasta que alcanzan aproximadamente 100 kilos de peso es necesario que tomen una cantidad de leche equivalente al 10% de su peso, cosa que suele tardar unas 6 semanas. A partir de ahí, se pasa a darles 9 litros al día repartidos en 4 biberones hasta que cumplen 5 meses. Desde ese momento de forma gradual se van reduciendo las tomas hasta que llega el momento del destete. La pauta seguida es la siguiente: de los 5 a los 7 meses 3 biberones al día, de los 7 a los 9 meses 2 y de los 9 a los 10 meses se reduce a una única toma al día. De esta forma, entre los 10 y 11 meses es el momento del destete que debe realizarse con temperaturas suaves, evitando que coincida con un momento de frío para garantizar su bienestar.
Además de la leche, desde la 8ª semana se comenzó a incluir en su dieta algo de alfalfa y heno que progresivamente se les va incrementando. Todo ha ido funcionando perfectamente y no se descarta que haya tenido una influencia muy favorable el hecho de que ambas jirafas hayan compartido este tiempo y los rituales citados, que incluyen grandes dosis de cariño por parte del equipo de Bioparc. Es entrañable ver cómo ambas reciben el alimento de sus cuidadores al mismo tiempo.
Su salida al exterior se realizó también sin ningún tipo de inconveniente y ya hace tiempo que las vemos correr perfectamente integradas en el grupo. Es sorprendente imaginar que estos animales ya tan altos todavía sigan con las tomas de sus biberones gigantes.
La subespecie Rothschild o Baringo a la que ambas pertenecen se distribuye en el norte de Uganda y el sur de Sudán. Son una de las especies de jirafas en grave peligro de extinción con una población silvestre que sigue descendiendo cada año, por lo que estas crías son muy importantes en la supervivencia futura de su especie. Bioparc Valencia lidera la reproducción participando en su programa europeo de reproducción (EEP).
El grupo reproductor lo forman un macho, Julius, con sus cerca de 6 metros de altura y un imponente porte y las hembras Zora y Bulería, Baringo puras, que llegaron “ex profeso” para salvaguardar la especie y son las madres de las dos crías que pronto serán destetadas.