Procaviidae
Hyracoidea
Mammalia
De 212 a 240 días.
1-6
ESB
Incluye una gran variedad de hierbas y arbustos, prefieren los brotes, capullos, frutas y bayas, ocasionalmente también se alimentan de corteza de árbol.
Alrededor de 12 años.
Los damanes roqueros son animales territoriales. Machos y hembras son del mismo tamaño y no pesan más de 4 kg. Son animales diurnos y suelen vivir en colonias que van de 4 a 8 individuos, pero cuando las crías han nacido, pueden incluso ser unos 25 animales en toda la colonia.
Las colonias están jerarquizadas, donde un macho y una hembra son las dominantes. Se pueden diferenciar cuatro tipos de machos en una colonia: el territorial (que son los más dominantes y agresivos, favoreciéndolos en la cópula con las hembras receptivas), los periféricos (son los que están por debajo de los dominantes y aprovechan cualquier descuido del dominante para poder aparearse con las hembras), los dispersos ( son los machos más jóvenes que abandonan su lugar de nacimiento cuando ya han madurado sexualmente a los 16 o 24 meses de edad) y los tardíos (abandonan el grupo de nacimiento un año más tarde que los dispersos).
En general, estos animales son muy inactivos, lo que les permite sobrevivir en zonas muy secas pobres en agua, donde la abundancia de su alimento es bastante escaso. Aunque sean herbívoros, no son rumiantes, y sus riñones son lo bastante eficientes para permitirles sobrevivir con muy poca cantidad de agua. Su orina es muy concentrada (tiene elevadas cantidades de electrólitos, urea y carbonato cálcico).
Aunque muy diferentes morfológicamente, los damanes (orden Hyracoidea) y los elefantes (orden Proboscidea) están estrechamente emparentados evolutivamente. Junto a los manatís y dugongos (orden Sirenia) forman el clado de los Paenungulata, uno de los dos que componen el superorden Afrotheria, que es el que incluye a los mamíferos cuyo origen evolutivo tuvo lugar en el continente africano.
Debido a que suelen orinar siempre en el mismo lugar, se acumulan cristales de carbonato cálcico en estas rocas. Estos cristales los empleaban tribus africanas para curar diferentes enfermedades como la epilepsia o la histeria.